Denis Island

Lujo sostenible en hoteles, un ejemplo a seguir

 
Mucho se habla de lujo sostenible en el sector hotelero: los debates sobre la necesidad de adoptar modelos de negocio medioambientalmente responsables recorren la industria desde hace tiempo, en sincronía con discusiones que afectan también a muchos otros sectores económicos. Desde luego, la hotelería de lujo no es ajena a este auténtico clima de época, que exige acciones inmediatas para poner en marcha una revolución verde que contrarreste las preocupantes consecuencias que la comunidad científica atribuye al calentamiento global.

 

Qué es el lujo sostenible

A priori, el concepto de lujo sostenible puede parecer un oxímoron, ya que habitualmente el lujo y sus principales manifestaciones aparecen asociados a ciertas nociones (el exceso, la exuberancia, el despilfarro) que parecieran ir a contracorriente de la sustentabilidad medioambiental. De hecho, es en esta aparente contradicción en donde radica el gran desafío al que se enfrenta el sector: cómo ajustar esos altísimos estándares a un modelo de desarrollo responsable.

 

Quizás la respuesta pasa por un auténtico replanteamiento de la idea de lujo para dar forma a una nueva formulación que acepte los límites que impone la responsabilidad ambiental y que asuma nuevos estándares de exclusividad, como la gastronomía de proximidad de altísima calidad o los entornos naturales en los que el impacto del hombre es mínimo.

 

Lujo y sostenibilidad, una alianza impostergable

No cabe duda de que la búsqueda por conciliar lujo y sostenibilidad en el ámbito de la hostelería ya es mucho más que una moda pasajera o un reclamo para atraer a aquellos clientes concienciados y comprometidos con un turismo más verde. La apuesta por el lujo sostenible es hoy en día pura necesidad y configura un desafío inaplazable para un sector al que también le cabe la responsabilidad de contribuir al combate contra el progresivo deterioro de nuestro planeta. Las previsiones de crecimiento de la movilidad y de la utilización de servicios turísticos a nivel global durante las próximas décadas son desde luego una enorme oportunidad para la industria, aunque ante todo suponen un auténtico desafío: cómo gestionar ese crecimiento  de forma responsable y sostenible.

 

Cuando a menudo nos topamos con noticias sobre la apertura de nuevos hoteles top luxury alrededor del mundo, resulta inevitable preguntarse si vamos en la buena dirección. Por ejemplo, nos impacta cuando en una diminuta isla o en un atolón remoto con un arrecife de coral de valor ecológico incalculable se erige un resort con overwater bungalows de ultralujo, cuya construcción implica un inevitable daño para ese arrecife de coral y cuyo funcionamiento involucra la gestión de los residuos de toda clase resultantes de la operativa de un establecimiento de estas características. Si bien es cierto que gracias a estos proyectos se generan empleos y se brindan nuevas oportunidades a la población local un aspecto muy positivo y deseable, la planificación y la puesta en marcha de cualquier iniciativa de esta envergadura ha de asumir y poner en práctica el ya impostergable paradigma del lujo sostenible.

 

Caso de éxito: Denis Private Island, hotel de lujo sostenible en el corazón del Índico

Un acertado ejemplo de gestión medioambiental en el sector de la hotelería es el de Denis Private Island, en las islas Seychelles, una diminuta isla rodeada de la inmensidad del Océano Índico, con un espectacular arrecife de coral y una flora y fauna únicas. Denis Island, propiedad de la familia Mason, ha hecho suyo el espíritu de lo que se conoce como barefoot luxury, es decir, un lujo austero, sobrio, sin excesos desmedidos ni superfluos. En Sergat hemos tenido el privilegio de ser sus representantes a nivel de comunicación durante años en España.

 

El compromiso de la firma con el lujo sostenible se plasma, por ejemplo, en la granja propia con la que cuenta la isla, en la que se produce más que el 50 % de los alimentos necesarios para su oferta gastronómica de excepción, incluyendo carne, legumbres, verduras, productos lácteos y frutas entre otros. ¡Y todo  en una ubicación más que remota, en medio del océano y lejos de todo! Y aquí no es un mito que los cocineros salgan por la mañana a pescar en un pequeño bote, nosotros mismos hemos vivido la experiencia. 

 

En Denis no hay coches, sino buggies eléctricos alimentados con energía producida en la propia isla y la maquinaria y los tractores funcionan exclusivamente con biocarburantes. Obviamente, se aprovecha la energía solar para la producción energética, y la gestión de residuos es ejemplar y pionera para una isla de estas características.

 

Por otro lado, en lugar de construir 22 minipiscinas privadas (es decir, una por cabaña), se optó por una preciosa piscina ubicada junto a la playa. Y el servicio de spa se ofrece en los propios bungalows, construidos todos con materiales locales y autóctonos, y a demanda de los clientes, lo que permite una completa personalización de este servicio a la vez que se prescinde de la necesidad de contar con un espacio complementario adicional.

 

Podríamos seguir nombrando muchos de los aciertos ecológicos y medioambientales de la gestión de este hotel y también de su programa de conservación y sensibilización para los huéspedes. Una estancia en este pequeño paraíso no está al alcance de todos los bolsillos: el lujo se paga, y el lujo sostenible tampoco es una excepción. Disfrutar de experiencias turísticas de alta gama y, al mismo tiempo, contribuir a la preservación del planeta pueden complementarse gracias a proyectos como este, un ejemplo a seguir.

Insights By sergat